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¿Qué se necesita para ser un líder de alabanza y qué exige Dios de él?

Ser un líder de alabanza no se trata simplemente de cantar bien o de conocer las últimas canciones cristianas. Ser un verdadero líder de alabanza requiere una profunda conexión espiritual, un corazón dispuesto a servir y una habilidad para guiar tanto musical como espiritualmente a un equipo y a una congregación. A lo largo de mi camino, he aprendido que el liderazgo no es sinónimo de ser “el jefe”, sino de ser el primero en servir y el último en recibir los aplausos.

1. Liderazgo, no jefatura

Muchas veces, en América Latina, tenemos la mala costumbre de confundir el liderazgo con la jefatura. Un jefe puede llegar tarde, dar órdenes y esperar que los demás lo sigan, pero un líder debe ser un ejemplo en todos los aspectos. (Filipenses 2:3-4, Mateo 20:25-28).  Recuerdo cómo en mi experiencia, la puntualidad es uno de los aspectos más simples, pero más importantes, que un líder debe observar. Llegar a tiempo no solo demuestra respeto por los demás, sino también por Dios. (Colosenses 3:23). Un líder comprometido con la alabanza debe ser el primero en llegar y el último en irse, mostrando siempre el ejemplo a su equipo.

Este tipo de liderazgo se refleja en las Escrituras, donde vemos que los líderes bíblicos no buscaban su propio beneficio, sino el de aquellos a quienes servían. (Marcos 10:45). Ser un líder de alabanza no es diferente: estamos aquí para guiar a otros a través de la adoración, y no para recibir aplausos o elogios.

2. El llamado de Dios a la humildad

Una de las mayores tentaciones en el ministerio de alabanza es el deseo de reconocimiento. Es fácil caer en la trampa de pensar que, si la adoración fue impactante, todo el mérito es nuestro. Sin embargo, un verdadero líder sabe que la gloria siempre debe ser de Dios, no nuestra. El peligro aquí es que, cuando las cosas van mal, algunos líderes tienden a culpar a su equipo en lugar de asumir la responsabilidad. (Romanos 12:16). Un buen líder es aquel que está dispuesto a recibir tanto las críticas como los elogios con humildad.

En mi experiencia, he visto que el líder de alabanza que busca los aplausos ha perdido de vista su propósito. (Gálatas 1:10). Alguien así no entiende que el liderazgo en la adoración es un llamado a pastorear a la iglesia, a guiar a otros a la presencia de Dios, y no a engrandecer su propio nombre. Como líder de alabanza, Dios exige de nosotros un corazón humilde y dispuesto a servir sin esperar nada a cambio. (Santiago 4:10)

3. Ser un maestro y un pastor

El papel del líder de alabanza no se limita a la música. Es mucho más que saber tocar un instrumento o tener una buena voz. En mi experiencia, un buen líder es también un maestro y un pastor para su equipo. Recuerdo vívidamente cuando, en mi adolescencia, mi padre me llevó a hablar con el líder de alabanza de nuestra iglesia para aprender a tocar el teclado. Sin embargo, él me dijo que no enseñaba a principiantes, lo que me frustró y me hizo abandonar mi sueño de aprender música en ese momento. Esa experiencia me enseñó que un líder de alabanza debe estar dispuesto a guiar y enseñar, no solo en lo musical, sino también en lo espiritual y emocional.

Los equipos de alabanza, muchas veces, están compuestos por jóvenes y adolescentes que necesitan más que instrucción musical; necesitan un mentor que los acompañe en su crecimiento personal y espiritual. Ser un líder de alabanza es ser un pastor, alguien que cuida y se preocupa por su equipo tanto en los momentos de éxito como en los de dificultad. (1 Pedro 5:2)

4. La enseñanza y la paciencia: claves del liderazgo

Uno de los errores más comunes que veo en el liderazgo de alabanza es la falta de disposición para enseñar a otros. En lugar de capacitar a los nuevos miembros del equipo, muchos líderes prefieren trabajar solo con aquellos que ya están capacitados. Esta mentalidad no solo limita el crecimiento del equipo, sino que también va en contra del ejemplo de Jesús, quien siempre estaba dispuesto a enseñar a sus discípulos, incluso cuando ellos cometían errores.

Es esencial que un líder de alabanza sea paciente y esté dispuesto a invertir tiempo en aquellos que están empezando. No todos llegan al equipo de alabanza con las mismas habilidades, pero si el líder es un buen maestro, podrá ayudarles a crecer tanto en lo musical como en su relación con Dios. El líder que no enseña ni pastorea a su equipo está fallando en su misión. (2 Timoteo 4:2)

5. La importancia de la puntualidad y la disciplina

La puntualidad es un reflejo de la disciplina personal, y en mi experiencia, es una de las primeras cosas que un líder de alabanza debe modelar. En América Latina, lamentablemente, tenemos el problema de la impuntualidad como algo habitual. Pero un verdadero líder debe destacarse por su compromiso, y una de las formas más simples de demostrarlo es llegar a tiempo. La puntualidad no es solo un acto de cortesía hacia los demás, sino una forma de mostrar respeto a Dios y al llamado que se nos ha dado. Si no podemos ser fieles en las pequeñas cosas, como llegar a tiempo, ¿cómo podemos esperar liderar con integridad en las grandes cosas?

6. La guía de Dios en el liderazgo

Finalmente, un líder de alabanza debe tener claro que su autoridad proviene de Dios. Esto significa que debemos buscar Su dirección en cada paso que damos. (Proverbios 3:5-6). Dios exige de nosotros un corazón puro, una vida de oración constante y una relación cercana con Su Palabra. No podemos liderar a otros en la adoración si no estamos primero conectados con el Señor de la adoración. (Salmo 51:10). En mi experiencia, los momentos de mayor crecimiento en el liderazgo han sido aquellos en los que me he sometido completamente a la guía de Dios, reconociendo que, sin Él, no puedo hacer nada.


Este artículo es una mezcla de lo que he aprendido a lo largo de mi camino y de lo que he visto en otros líderes de alabanza. El liderazgo en la adoración no se trata de ser el mejor músico ni de tener la mejor voz, sino de ser un siervo fiel, un maestro dispuesto a guiar, y un pastor que cuida de su rebaño, todo con el propósito de glorificar a Dios.

Foto de Autor

Ivette Flores

Licenciada en Pedagogía con especialidad en Ciencias Sociales, es directora musical y miembro de la Asociación Internacional de Músicos Cristianos. Tiene un diplomado en ministerio musical y curso del Seminario Teológico Bautista Mexicano sobre la adoración en la vida de la iglesia, así como un diplomado en enseñanza musical. Apasionada por inspirar a otros a través del arte y la enseñanza.

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